Cuando abres un libro por primera vez, qué buenas sensaciones y expectativas puede crearnos la primera frase.
A nosotros nos encanta la primera frase de la novela “Los amigos del crimen perfecto” de Andrés Trapiello: “DELEY nunca pensó que un timbre pudiese gruñir como un armadillo. Fgggg… Fggggggg… Fggg…”, o el «—¡¡Mierda!! ¡¡¿Pero esto qué es?!!» de «Los últimos presenciales» de Juan Janer.
Qué importante es la primera frase, cita, impresión… 🙂